Paris
es solo una muestra del mundo

El
mundo se aterroriza hoy con los atentados en Paris y todos los diarios del
mundo dedicaran al menos un espacio en sus portadas a la tragedia perpetrada
anoche por el Estado Islámico (ISIS).
Debió
haber sido terrible el resonar de los tiros y las bombas en las maravillosas
calles de Paris. Igual de terrible que aquella bomba que arraso Hiroshima hace
ya 70 años. La gran diferencia es que aquella vez el terror no lo sembraban un montón
de locos extremistas, sino un grupo de “valientes” soldados del impero
estadounidense a los cuales después de asesinar más de 200 mil inocentes los
recibimos como héroes de guerra. No fuimos tan distintos a ISIS en aquellos
días. Tampoco fuimos distintos a ISIS cuando, para mantener su glamour, los
países Europeos arrasaban en África, en medio oriente y hasta en Asia cualquier
estorbo a su paso sin medir consecuencias. ¿O no queremos recordar los tiempos
imperialistas europeos que se extendieron desde hacen siglos hasta poco después
de la segunda guerra mundial? Allí estuvimos, y dejamos aquellas calurosas
tierras cuando las cosas se pusieron difíciles; las abandonamos como cualquier
cosa; dejando un caos tremendo.
Esta
tragedia francesa se vive todos los días entre Israel y Palestina. No abundaré
el tema, pero la historia británica tiene suficientes argumentos como para
declarar a Londres como uno de los culpables del desorden social y humanitario
en estas tierras prometidas. Este 13N, 11S, 11M… lo viven más de 10 millones de
personas todos los días bajo el ISIS. Este pánico se vivó por meses y años en
Nicaragua, Yugoslavia, Japón, Malí, Libia con la Operación Amanecer de la Odise realizada por Francia, EEUU, Reino Unido, y otros tantos.... Solo que se padeció bajo las ordenes de
potencias y jamás se declararan como actos terroristas aunque el terror fuera
el fiel acompañante de aquella población. No hubo piedad en el uso del agente
naranja en Vietnam ni tampoco en los abusos en las cárceles militares en Irak en
la que los presos aparecían desnudos y humillados. Ustedes (o mejor dicho…
nosotros) las grandes potencias no tuvimos ni un grado de humanidad cuando el
poder de la invasión toco a la puerta. Tampoco fuimos tan diferentes a ISIS en
ninguno de estos casos.
Hoy
el mundo occidental se irrita y angustia ante las estremecedoras imágenes
carentes de compasión humanas. La misma irritación y angustia que sentían aquella
madrugada del 2003 los iraquíes cuando Estados Unidos y sus aleados
resplandecían los cielos con toneladas de bombas lanzadas en territorio
beduino. 12 años, y poco más de medio millón de muertos después, aún no ha
habido razón ni resultados positivos de aquella cacería humana en las tierras
de Alá. No fuimos tan distintos a ISIS en ese momento entonces. Después de las
intervenciones y explotaciones de los países árabes solo ha resultado un caos y
una crisis humanitaria enorme, sumado al nacimiento de grupos que por tenacidad
quieren acaparar el control de aquellas descontroladas tierras.
No
siempre nuestros enemigos que siembran el pánico en nuestras metrópolis fueron
adversarios. Rondaban los años 80 y la URSS era un estorbo para los aleados. La
mejor carta de la OTAN sería un amigo dentro de aquel conflicto en Afganistán
que marcaría la historia. Allí comenzó la formación del emblemático Osama,
posteriormente Al Qaeda y hoy Estado Islámico. Como un virus que se ha encubado
ha surgido esta plaga extremista. Fue un virus insertado por las naciones que
hoy lo padecen y que en un intento de poder y gloria se unieron al enemigo
contra un enemigo en común sin pensar en las consecuencias.
Virus alimentado por odio y dolor de parte de nuestras tropas a los hoy terroristas. Nadie crece en paz viendo soldados extranjeros imponiendo su orden durante décadas. La mayoría de estos terroristas no pasan de 30 años, o sea crecieron viendo las muertes de sus familiares con bombas y balas “Made in USA” o “Made in Germany”. Se nos es difícil ver el otro lado de la moneda, porque para nosotros, los occidentales, nuestras tropas son héroes libertadores predicadores de la justicia y la democracia, pero allá en oriente medio, solo son predicadores de la miseria y del pánico.
Estados Unidos, el líder de la apocalipsis de millones, ha cometido más de una docena de
invasiones en los últimos 30 años y otras tantas los miembros de la OTAN. No
existe justificación para atentados como el 11S o el perpetrado en Paris, pero
no podíamos pretender que mientras estuvimos allá con una artillería financiada
por los sistemas de defensas nos devolvieran rosas. La mayoría de estos
desquiciados que hoy reparten terror crecieron viendo como soldados con
banderas estadounidenses, británicas, españolas y francesas entraban a sus
casas, desquebrajaban el gobierno, limitaban sus cultos, mataban a sus
familiares. El terror es simplemente su vida. Hemos creado un complejo monstro
que vive en constante amenaza.
Las cosas se ven desde
otra perspectiva cuando la tragedia se juega en nuestra casa y al fin y al cabo, tristemente no hemos sido tan diferentes a ISIS en nuestra historia. El
problema, o la virtud, de la historia es que no puede ser borrada.
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#prayforsiria
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