Si
la solución es recortar beneficios; pues que tiren pa’ lante
Si
el problema del desempleo se resuelve reduciendo salarios y eliminando
beneficios en el sector privado, pues adelante; ¿Qué estamos esperando? Si esa
fuera la solución, pues claro que estaría a favor de la reforma. El problema
que particularmente tengo no es la reducción de derechos, sino la constante
improvisación que cada 4 año cambia de mago con el mismo truco, lo que nos
lleva a oponernos a un sacrificio tan grande a cambio de nada. Si realmente
aquellos propulsores de la medida fueran capaces de citar estudios, hechos y
datos numéricos que garantizaran una subida en el empleo y en la tasa de
participación yo estaría de acuerdo en ceder parte de mis beneficios como
empleado de la empresa privada. Sin embargo, de parte de estos propulsores solo
ha imperado el silencio, y otros inclusive invocan a la fe y a al “yo creo” que
la ley crearía empleos. Tanta improvisación parece haber que, ya sea por ignorancia
de los honorables o por su esclavitud a su partido, pasarán la medida vía “Fast
Pass” y en 4 o 5 años recogemos los resultados. En este 2017, habrán pasado 11
años desde el inicio de la crisis. A lo largo de este tiempo han pasado 4
gobernantes y legislaturas distintas en las cuales ha sobrado la improvisación
y tenacidad y ha faltado la coherencia. Desde 2006 se han implantado sobre $15
mil millones en impuestos, despedido empleados mediante la ley 7, reducido los
beneficios a los empleados públicos, privatizado propiedades de interés
público, aumentado la deuda, recortado en pensiones y un sin número de medidas
en un desesperado intento por ver al menos un número positivo en nuestra
economía. A pesar de todo, en 10 años la economía se ha reducido en 15% y la
emigración se ha vuelto masiva, especialmente en la fuga de talento. Puedo
entender fácilmente lo complejo que es salir de esta crisis, pero soy incapaz
de entender cómo es que a estas alturas del juego se siga improvisando sin tan
siquiera tener un dato histórico en mano, pero yo me pregunto ¿Hasta cuánto es
tolerable la mediocridad cuando se trabaja con algo tan serio como el pan de
nuestra gente? ¿Cuán difícil es entender que el problema del país es numérico y
no político? ¿Es que los datos macros no le son suficiente? (Digo… si es que
quienes dirigen el país los han visto alguna vez).
España y Grecia adoptaron en
2012 reformas similares a la que Puerto Rico se juega hoy en un intento de
hacer más atractiva la inversión. Una vez aprobada la reforma en estos países
el desempleo se disparó en 4 puntos porcentuales en España y 6 puntos en Grecia
sobreviniendo un aumento exponencial en contratos de empleos temporeros de muy
baja remuneración. Este proyecto, y quienes lo endosan, parecen estar ajenos a
la enorme fuga de capital humano que padece la isla quienes en ciertos casos no
emigran por falta de empleo, si no por mejores sueldos y beneficios en Los
Estados Unidos. Si tan seguro es que esta medida generará una cantidad de
empleos indeterminada (la reforma no da un estimado), pues que se apruebe
condicionada a 5 años y al aumento sobre la tasa de participación; porque creo
coincidir con muchos al estar dispuesto a reducir mis beneficios, si fuera la
solución, pero a la mediocridad de la improvisación; YA NO. Claramente, Puerto
Rico necesita hacerse más competitivo, pero estas medidas que trastocan al
núcleo de la productividad, puede ser altamente contraproducente.
En 4 o 5 años
espero escribir una columna sobre lo equivocado que estaba, sin embargo casi me
atrevo a apostar que en varios años, nos daremos cuenta que esta reforma, al
igual que otras mágicas medidas habrán sido un error a pagar caro.