martes, 19 de diciembre de 2017

La Culpa No Es El Estatus, Es La Estupidez

La Culpa No Es El Estatus, Es La Estupidez


¿Qué vienen ahora a estar culpando la colonia? si esta isla es colonia desde que el primer barco español atraco a finales del siglo 15. Bajo este distorsionado sistema político hubo progreso y un crecimiento económico envidiable por cualquier país del mundo. Esta colonia nos puso en una posición que aventajaba la competitividad sobre cualquier rincón del planeta especialmente sobre los países latinoamericanos. Si bien es cierto que el sistema del ELA ha llegado a su fin como uno útil ese no fue el problema. Pocas cosas en la vida y en la historia se han compartido tan bien como la culpa del desastre puertorriqueño. La colonia proporcionó crecimiento económico, pero distorsionó el desarrollo; sin embargo, los dos grandes culpables han sido el gobierno de los Estados Unidos y la imbecilidad de nuestros políticos y malos electores, o sea Puerto Rico (que bajo mi juicio somos los boricuas los que cargamos con la mayor parte de la culpa. Los “americanos” siempre nos han tratado como unos ciudadanos de segunda y no hay ningún problema con ello, para eso son las colonias y si tienes una colonia anestesiada ¿para que proveerles servicios de primera? Ya lo dijo el pensamiento de Nicolás Maquiavélico “Al pueblo: Pan y Circo”. 

Estados Unidos ha sido increíblemente brillante gestionando la colonia, le limita el comercio y garantiza la sostenibilidad de su marina mercante con las leyes de cabotajes, nos da la ciudadanía para sentirnos esencialmente libres, nos da un representante en el congreso (sin voto) pero nos hace creer que hay un boricua importante en las decisiones de la gran nación, no nos da el voto presidencial por lo que pueden tomar decisiones que afecte a la isla y nosotros no poder pasarles facturas, utiliza al país como base militar, centro de experimento, suprime sutilmente cualquier oposición y nos transfieres casi $20 mil millones todos los años entre servicio militar, seguro social , los cupones, becas pells, carreteras, salud, viviendas y mil y una transferencia más. La línea entre la dictadura colonial y la generosidad que nos han tenido “los americanos” es extremadamente fina y polariza a los puertorriqueños en los que piensan que el régimen ha sido o extremadamente opresivo o extremadamente generoso. No llegare a conclusiones, utilice usted su libre albedrio, pero tenga en cuenta que ninguna nación es capaz de ser rica cuando cerca del 25% de su PNB depende de transferencias de otros países, porque esto distribuye la riqueza, pero no la genera y para un desarrollo sostenido es vital crear riqueza y luego redistribuirla. Esta adición a los fondos federales condena al país a un estancamiento perpetuo y a la falta de innovación.
Sin embargo, culpar a Estados Unidos y/o a la colonia de todos los males del país no seria correcto. El mayor culpable es Puerto Rico, claro; como la culpa es huérfana ahora los gobiernos tienen al estatus para culpar. ¿WTF?, ¿A qué culparíamos si fuéramos estado? ¿A quién culpa Detroit? Nos venden falsamente que la anexión eliminará todos los males de por vida y que la independencia hará al país una potencia mundial. ¡FALSO! Hubiéramos quebrado al país con cualquier formula de estatus. El problema fue que no supimos ni sabemos administrar ni un solo centavo, ni aprovechar la ventaja competitiva que nos brindaba ELA, ni tomar el dinero federal o los préstamos para la inversión, no innovamos, no diversificamos nuestra economía ni nuestro comercio (casi el 50% del PNB está en la manufactura y el 80% de todo va a Estados Unidos), dejamos que la infraestructura se nos viniera encima y torpemente dejamos decisiones y servicios delicados en manos de Estados Unidos, sabiendo que no tenemos injerencia allí y que nuestra palabra no vale para nada en el congreso o casa blanca. ¿Cómo carajos vamos a dejar el sistema de salud, de educación, los incentivos a empresas y comercio internacional en una nación extranjera? ¿Pero qué estupidez es esa? ¿Cómo vamos a dejar el 45% de la economía del país y 250 mil empleos en manos de una nación que no tenemos ni voz ni voto? En vez de pensar ¿Cómo hacemos mas autosuficiente al país? Pensamos ¿Y si eso lo dejamos en manos del “americano”? Ese fue el gran error. Aun siendo estado hay una responsabilidad enorme que caería sobre nosotros y no sobre el pleno federal. Ahora Estados Unidos decide por sus mejores intereses y Puerto Rico no esta en ellos. Casi todos esos programas sufren recortes y como aquí nos desligamos de ellos no tenemos decisión sobre que van a hacer ni tenemos la capacidad de retomarlos.

El gran ejemplo: Se nos viene la reforma contributiva y con ella nos cargaremos sobre 75 mil empleos directos bien pagos. Si la respuesta de Puerto Rico es la misma que cuando la 936, entonces no hay mucho que esperar. Cuando se anunció el fin de la 936 en 1995 se entró en pánico y con razón, pero fue todo lo que hicimos. En 2006 acabo la exención en su totalidad, ¿Qué hicimos para contrarrestar la perdida de competitividad? ¡NADA!, no agilizamos los permisos, ni mejoramos la infraestructura eléctrica, ni creamos incentivos contributivos propios. Por el contrario; estúpidamente creamos un IVU B2B, impusimos un impuesto a las foráneas, aumentamos el precio de la electricidad y bajamos su calidad… No fue hasta 2012 que se creó la ley 20 y 22 para impulsar el sector servicio y aún es prematuro para ver sus efectos. Entonces ¿La culpa de esto la tiene Estados Unidos por quitaron la 936 o Puerto Rico por lloriquear por 20 años y no asumir su responsabilidad como país? No gente, no seamos hipócritas. Estados Unidos obstaculiza, pero nosotros no asumimos roles y ahí esta el problema. No es el estatus, es la irresponsabilidad y la ineptitud de los políticos y los que los elegimos. Se nos va la vida esperando algún dinerito federal que haga esto y aquello (porque aquí no se arreglan carreteras, no se paga la tarjeta de salud, no hay universidades hasta que los federales nos envíen los chavitos, se nos va la vida esperando la ilusión de la independencia y la estadidad cuando a corto y mediano plazo eso no pasará y esa no es la solución. Y muchos dirán “Ah, pero con la estadidad la cosa de la reforma fiscal no nos aplicaría” y eso es absolutamente cierto, el problema es que no hay ambiente para anexarnos, imagínese si no hay interés que después de 2 plebiscitos ganando la estadidad ni impuestos federales han querido ponernos a pagar.

Mientras el reloj corre y se nos acaban las estrategias, nuestros políticos parecen estar más enfocado en echar culpas o justificar el futuro desastre que en replantear el modelo productivo. Así, en un modo medio de sofista como con el pensamiento “ El hombre más feliz es aquel que acepta su destino con resignación”. Al momento de publicar este escrito, debe estar llevándose la votación en el congreso por aprobar esa reforma fiscal y de parte de Puerto Rico solo ha salido solicitudes poco creativas pidiendo que la isla ni pague impuestos federales ni el arancel, pero ninguna propuesta para cargar nosotros mismo con la competitividad dejando nuevamente a futuro el destino del país en monos de “los americanos”.  Cada empleo que se pierda en el país no será culpa de la reforma fiscal federal, si no de la imprudencia, ineptitud y torpeza de nuestra clase dirigente.


-Luis Arocho (diciembre 2017)

jueves, 14 de diciembre de 2017

El Bitcoin, La nueva burbuja en plena inflación

                          El Bitcoin, La nueva burbuja en plena inflación 
     


     Somos muchos los que hemos apostado al rally del Bitcoin y otras criptomonedas intentando llevarnos una buena parte del pastel en la repartición de las ganancias por las brutales subidas que han tenido estas monedas virtuales. Por ejemplo, el Bitcoin se ha revalorizado mas de 2000% y Litecoin ha subido poco más de 7,000% en solamente 1 año; pasando su valor de $770 a $17000 y de $3 a $300 respectivamente (redondeando los números). Evidentemente algo no anda bien, o mejor dicho, todo anda demasiado bien como para ser verdad. Ninguna moneda o inversión es capaz de sostener esta hiperinflación por un periodo de tiempo muy prolongado y cada día que pasa se suman unos poco de miles de dólares más a las pérdidas que traerá consigo cuando estalle esta burbuja especulativa.

     El Bitcoin ha sido una idea tremendamente brillante. Una moneda descentralizada, capaz de usarse a nivel mundial, sin tener ataduras de los bancos centrales y por tanto desligado de cualquier ideal político de cada país. O sea, una moneda mundial para comprar productos y servicios. El problema aquí ha sido que no la utilizamos como moneda, si no como un “stock” de inversión. Piense bien, usted que tiene criptomonedas, ¿Para que las quiere? ¿Para comprar un articulo que vio en internet o en su barrio, o para esperar a que aumente el valor y revenderlas? Efectivamente, las queremos para revenderlas porque la mayoría no tenemos ni idea en que más podemos emplearlas en este momento. Es por esto que se ha valorizado tanto en tampoco tiempo.

     Pero es que imagínese, ¿Qué comerciante puede aceptar el bitcoin como método de pago cuando su volatilidad es tal que en un día puede perder $2,000 y al otro ganar $3,000? No se puede hacer negocios con tal inestabilidad. Imagine que usted vende un carro por $17 mil o 1 Bitcoin (ofreciendo ambos métodos de pago) y le pagan con el bitcoin, pero por su volatilidad mañana el Bitcoin desciende a $16,000, usted perdió mil billetes en 24 horas. Simplemente no es viable hasta que la burbuja estalle y el precio lo dicte el mercado real.  

     El problema vendrá cuando todos queramos vender para poder obtener las ganancias al restar lo pagado-el precio a vender, allí se producirá el “crack” y el valor de las monedas se vendrá al piso como si de la ley de gravedad se tratase. No será muy distinto a la burbuja de los Tulipanes en Holanda del siglo 17, solamente que con varios millones de dólares más en pérdidas.

No es posible que usted pague $17 mil billetes por solo 1 Bitcoin, es una locura, su precio está sobre valorado y será cuestión de tiempo para que el mercado haga una corrección en el precio de estas monedas. 

sábado, 4 de febrero de 2017

Puerto Rico no será Estados Unidos, aunque la estadidad llegue mañana temprano, como Grecia no es Finlandia solo por estar en la Unión Europea.

El estatus NO es una varita mágica para resolver el desastre financiero y económico de Puerto Rico, pero si es una varita mágica para ganar elecciones; tengamos eso clarísimo. 


No señores, el cuento que con la estadidad viviremos con el glamour de New York o que con la independencia seremos el centro mundial de comercio y exportación, no son ciertos. Es evidente que el ELA tal y como está ya caducó. No quiero decir que nunca funcionó, pero está clarísimo que ya no funciona y se nos he simple citar al menos 3 eventos que en menos de 365 días dieron por semi-muerto el ELA de Muñoz. Aclaremos que de política ni se ni intento saber nada, pero no encuentro un encaje directo de como la solución del problema del estatus es capaz de sacarnos de la crisis que nos ha acompañado fielmente por los pasados 11 años. Estemos claro que cualquier cambio político redundará a nivel económico y un cambio de estatus tendrá unas consecuencias económicas directas (eso es claro), pero esto da paso a mis dos argumentos en contra de la solución inmediata del estatus. Primero; Puerto Rico es incapaz de asumir las responsabilidades que traería la anexión o la independencia. En este momento, no tenemos la capacidad económica para poder situarnos poderosamente frente a los “futuros” 50 hermanos adicionales del continente como tampoco tenemos la credibilidad para hacerle creer al congreso que podemos serle un estado atractivo, de buen comportamiento fiscal y que podemos darle algo a cambio de esa estrellita adicional en su bandera. Ojo, no se me alarmen, que yo creo que la isla tiene el potencial para ofrecer esto y más, pero lamentablemente miles de personas, no comparten esta creencia conmigo y entre ellos están aquellos que al fin del cuento dirán si entramos o no al club de los 50+1. Creo que tampoco tenemos la credibilidad al día de hoy para convencer al mundo que Puerto Rico es un motor mundial capaz de solidificarse sin la alianza de Estados Unidos. No tenemos la capacidad de aguantar el “shock” de incertidumbre si se toma una decisión concreta sobre el estatus del país, en especial hacia la independencia. Bajo ninguna de las 2 cláusulas lloverá el dinero.

Por otra parte, la solución  del trillado cuentito del estatus que los 3 partidos tradicionales suelen usar como carnada para amarrar votos cada 4 años tampoco será capaz de solucionar el desmadre económico de Puerto Rico. Si mañana en la mañana somos el flamante estado 51, esta isla latinoamericana será igualmente, el estado más pobre, con mayor desempleo, menor tasa de participación y mayor deuda que el restante de sus 50 hermanos anglosajones. En cambio, el congreso nos recibirá sin mayores cambios; con la misma PROMESA, con la misma junta y con la misma navaja y el “To Do list” de recortes económicos (Porque ni los pasajes bajarán de precio para los que continúen emigrando a Kissimmee). Querido lector, tenga claro: Grecia no es Finlandia solo por estar en la Unión Europea; y Puerto Rico no será Estados Unidos, aunque la estadidad llegue mañana temprano. Tampoco es cierto que si mañana en la mañana la isla es independiente las empresas navieras se pelearan por atracar en nuestros puertos a exportar nuestros productos a una fracción de lo que nos cuesta con Estados Unidos (de hecho, me temo que tendríamos una fuga de empresa. Miremos el Brexit). Estoy claro que hay que cambiar el estatus, pero no es momento para perder en un asunto que no sacará del asfixie económico a la isla. Puerto Rico necesita resolver sus problemas económicos con las limitadas herramientas que tenga y luego ir a pedir un cambio político, porque aquí hace falta un cambio de modelo económico, no político y el estatus es parte del problema, pero no de la solución.


Comprenda: El estatus NO es una varita mágica para resolver el desastre financiero y económico de Puerto Rico, pero si es una varita mágica para ganar elecciones; tengamos eso clarísimo. 


Por: Luis Arocho
5 de febrero de 2017
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jueves, 19 de enero de 2017

Si la solución es recortar beneficios; pues que tiren pa’ lante

Si la solución es recortar beneficios; pues que tiren pa’ lante 




Si el problema del desempleo se resuelve reduciendo salarios y eliminando beneficios en el sector privado, pues adelante; ¿Qué estamos esperando? Si esa fuera la solución, pues claro que estaría a favor de la reforma. El problema que particularmente tengo no es la reducción de derechos, sino la constante improvisación que cada 4 año cambia de mago con el mismo truco, lo que nos lleva a oponernos a un sacrificio tan grande a cambio de nada. Si realmente aquellos propulsores de la medida fueran capaces de citar estudios, hechos y datos numéricos que garantizaran una subida en el empleo y en la tasa de participación yo estaría de acuerdo en ceder parte de mis beneficios como empleado de la empresa privada. Sin embargo, de parte de estos propulsores solo ha imperado el silencio, y otros inclusive invocan a la fe y a al “yo creo” que la ley crearía empleos. Tanta improvisación parece haber que, ya sea por ignorancia de los honorables o por su esclavitud a su partido, pasarán la medida vía “Fast Pass” y en 4 o 5 años recogemos los resultados. En este 2017, habrán pasado 11 años desde el inicio de la crisis. A lo largo de este tiempo han pasado 4 gobernantes y legislaturas distintas en las cuales ha sobrado la improvisación y tenacidad y ha faltado la coherencia. Desde 2006 se han implantado sobre $15 mil millones en impuestos, despedido empleados mediante la ley 7, reducido los beneficios a los empleados públicos, privatizado propiedades de interés público, aumentado la deuda, recortado en pensiones y un sin número de medidas en un desesperado intento por ver al menos un número positivo en nuestra economía. A pesar de todo, en 10 años la economía se ha reducido en 15% y la emigración se ha vuelto masiva, especialmente en la fuga de talento. Puedo entender fácilmente lo complejo que es salir de esta crisis, pero soy incapaz de entender cómo es que a estas alturas del juego se siga improvisando sin tan siquiera tener un dato histórico en mano, pero yo me pregunto ¿Hasta cuánto es tolerable la mediocridad cuando se trabaja con algo tan serio como el pan de nuestra gente? ¿Cuán difícil es entender que el problema del país es numérico y no político? ¿Es que los datos macros no le son suficiente? (Digo… si es que quienes dirigen el país los han visto alguna vez). 

España y Grecia adoptaron en 2012 reformas similares a la que Puerto Rico se juega hoy en un intento de hacer más atractiva la inversión. Una vez aprobada la reforma en estos países el desempleo se disparó en 4 puntos porcentuales en España y 6 puntos en Grecia sobreviniendo un aumento exponencial en contratos de empleos temporeros de muy baja remuneración. Este proyecto, y quienes lo endosan, parecen estar ajenos a la enorme fuga de capital humano que padece la isla quienes en ciertos casos no emigran por falta de empleo, si no por mejores sueldos y beneficios en Los Estados Unidos. Si tan seguro es que esta medida generará una cantidad de empleos indeterminada (la reforma no da un estimado), pues que se apruebe condicionada a 5 años y al aumento sobre la tasa de participación; porque creo coincidir con muchos al estar dispuesto a reducir mis beneficios, si fuera la solución, pero a la mediocridad de la improvisación; YA NO. Claramente, Puerto Rico necesita hacerse más competitivo, pero estas medidas que trastocan al núcleo de la productividad, puede ser altamente contraproducente. 

En 4 o 5 años espero escribir una columna sobre lo equivocado que estaba, sin embargo casi me atrevo a apostar que en varios años, nos daremos cuenta que esta reforma, al igual que otras mágicas medidas habrán sido un error a pagar caro.