sábado, 15 de diciembre de 2012

Quitándole las Máscaras a PR


Últimamente Puerto Rico se ha convertido en un lugar donde todo se polariza. La mentalidad de hoy es que si eres estadista, eres republicano; si eres popular eres un demócrata o un independentista de cajita…y si eres independentista eres un terrorista que quiere matar a todos los puertorriqueños y traer a Fidel Castro por Aguada para traer el comunismo. Nuestra mentalidad se ha convertido cuando miramos la educación como un estándar de que si te gradúas con un título vales más que Juancho el mata puercos, por lo tanto tienes que despreciar al prójimo que no tenga tu educación. Vivimos en un país donde muchas veces nos cuesta decir qué exactamente somos…somos un país donde muchos califican de cochina y sucia colonia, pero al otro día en las olimpiadas se volvieron más nacionalistas que Albizu Campo. Estamos en una situación donde nos creemos que X o Y partido es nuestra solución y cada cuatro años los idolatramos más que a Jesús en semana santa. Nuestra religión se ha enfocado últimamente en vestir bien, lucir bien, tener una “lambía de vaca”, rezar frente a centenares de personas para que PR se salve, pero lo menos que hacen es salir en las calles y regalarle comida al adicto. Nos pintamos de moralistas, pero lo primero que no aceptamos es la realidad de que todos somos humanos.
Muchos creemos que la única forma de arreglar las cosas es por la educación, otros por la espiritualidad en X o Y religión, otros con la legalización de las drogas o sino con un golpe de estado. En mi opinión, todos están bien, pero también están mal. ¿Cómo quieres arreglar las cosas mediante la educación y ni siquiera hay intención de ponerla en práctica o reconocer aquellos que aunque con conocimiento humilde que han aprendido de la experiencia? ¿Cómo queremos predicar una religión para proveer bien y lo menos que hacemos es ayudar al adicto, respetar a personas que amen diferente, no usar sus bienes para el prójimo o simplemente reconocer que no somos perfectos? ¿Cómo quieren revolución con armas cuando no hay conciencia por lo que se pelea? Ciertamente hay ideas, pero no se necesitan ideas, sino buscar la convergencia y la unión del pueblo dentro de todas esas ideas junto con acción.
Cuando hablo de convergencia y unión, hablo de la intención de como seres humanos (no como puertorriqueños), buscar lo que nos une, en vez de lo que quisiéramos en específico. Para qué necesita la iglesia decir 24/7 que Cristo viene pronto (algo que han dicho desde hace 2000 años) y que se arrepientan, cuando  lo que hay que hacer es ayudar al prójimo. Es irónico que muchos se vistan con togas despampanantes en un altar, pero no hay tela para cubrir al vagabundo. Es irónico que tenemos un sistema político donde dicen “vamos a trabajar por el pueblo” y lo primero que hacen es contratar a sus seguidores y el pueblo aún los defiende como si fuera un dios al que no se le cuestiona lo que hace.
Nos creemos los más intelectuales cuando nos damos títulos de “Agnóstico”, “Ateo”, “Libre Pensador”, “Teísta”,  “Panteísta”, “Socialista”, “Reformista”, “Izquierdista-Centrista”, “Derechista” como si uno se convirtiera en un “trademark” de un humano elite de conocimiento social. Todos nacemos desnudos y morimos con ropa que se vaciará de nuestro cuerpo desnudo, nadie es superior a nadie.  Lo que pensamos en cuanto al famoso “intelecto de la educación”, no es otra cosa que el pensamiento de otro con una mezcla de un poco del otro a lo que llamamos ser “original”. Lamentablemente hemos hecho nuestra vida una perspectiva religiosa enfocada en el materialismo social, donde vestir bien significa “lo ideal” y donde la entropía y caos por vida se llama “disfrutar la vida”.
Muchos dirán: “Pero tú no has hecho nada a cambio, solo criticas y no haces nada a cambio”. La realidad es que mis actos no me los paso publicando en Facebook, Twitter o me elogio cuando saco mi dinero para dárselo a pacientes de cáncer, comprar comida a drogadictos, vagabundos, tampoco me paso diciendo como he defendido grupos a los cuales no pertenezco para que los respeten como me respetan a mí. Simplemente quiero hacer la gente que ayudo que vean la vida un poco más feliz, no pido que me elogien. La pregunta es: ¿Por qué tú no quieres hacer algo?
Quieren que baje la criminalidad? Regalen amor. No vivamos de la competencia, negativismo, la crítica sin prédica; al contrario, vivamos del cooperativismo, el positivismo y la crítica con ejemplo.
Así que hago un llamado a la iglesia, que se salgan del templo y en vez de predicar, que ayuden. Una donación a un país sin ayudar al nuestro es vivir una falacia, al igual que decir : “arrepiéntete” y no te atreves ayudarlo para que salga de condición.
De la misma forma hago un llamado a los políticos y clase educada para que reconozcan su origen, para que en vez de estar detrás de los libros y escritorios apliquen su enseñanza. Es hora de dejar la mediocridad académica de pensar que somos superiores porque tenemos un salario mayor que el otro.
Finalmente hago un llamado a todos para que no se vayan de Puerto Rico. Es hora de probar quién en realidad somos. Los momentos difíciles no son para huir de ellos, sino para enfrentarlos. Separados jamás podremos superarnos, tenemos que quitarnos las máscaras del miedo, negativismo y mentira del que vivimos. Es obvio que hay que tomar medidas radicales como pueblo, sea ayudar al drogadicto, hacer protestas por redes sociales o piquetes por nuestros derechos. Seremos juzgados, pero parafraseando lo que dijo Martí; si no tienes el valor de aquellos que están peleando por lo que quieren, al menos respétalos por su lucha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario