Fuga de Cerebros a los Estados Unidos
Por: Luis Arocho
¿Cuántos
de los aquí presentes tenemos algún familiar o conocido viviendo en los Estados
Unidos? Probablemente, muchos de nosotros tenemos familiares y amigos en dicho
país, ya que cerca de cinco millones de puertorriqueños viven en Estados
Unidos. *Mi nombre es Luis Arocho, y estudio en la Universidad Interamericana
de P.R. Hoy les estaré hablando sobre la fuga de cerebros puertorriqueños
a los Estados Unidos.
Las
cifras antes mencionadas demuestran el enorme problema de migración hacia los
Estados Unidos, pero esta situación no es nueva. Recordemos que entre la
décadas del 40, 50 y 60 emigraron cerca de 600 mil puertorriqueños. El problema
es el patrón de escalonado crecimiento que, al parecer, no logramos
resolver. Si en el pasado los isleños
abandonaron la Isla para ocupar puestos de trabajo manuales y oficios, es
preocupante saber que aquéllos que emigran hoy son, en su mayoría, jóvenes
profesionales cuya edad media es de 28 años; con mucho que aportar a esta Isla.
Por
ejemplo, según afirma Walter Frontera, decano de la Universidad de Puerto Rico,
un 33% de los médicos egresados de la Escuela de Medicina emigran a América del
Norte. Un 33% es una cifra alarmante cuando la Universidad de Puerto Rico
gradúa aproximadamente 110 galenos por año. Además, las cifras del Instituto de
Estadísticas de Puerto Rico publicado en el 2009, revelan que casi la mitad de
los emigrados cuenta con estudios graduados. Estimado público, estamos hablando
de que se están desplazando nuestros doctores, ingenieros, maestros; personas
con grandes capacidades.
En este sentido debemos
preguntarnos: ¿Por qué emigran? Realmente
existen dos puntos bien importantes que son responsables de la emigración de
cerebros a Estados Unidos.
1.
En primer lugar, la gran mayoría decide trasladarse a Estados
Unidos por razones económicas. Según un
artículo del diario USA Today publicado
en marzo de 2012 titulado: “Puerto Rico's
population exodus is all about Jobs”, el desempleo en Puerto Rico es de un
14%, mientras que en la nación americana es de un 8,3%, abriendo así paso a
mayor facilidad de conseguir empleo.
2.
Muchas empresas norteamericanas
prefieren reclutar puertorriqueños. Nuevamente, el USA Today afirma que compañías como Disney o Boeing, por ejemplo,
prefieren jóvenes puertorriqueños especializados en ingeniería, ciencias y
matemáticas porque la mayoría son bilingües y solo necesitan el pasaporte a la
hora de salir fuera de Estados Unidos.
Sin
embargo, se dice que todo problema tiene solución, y éste no es una excepción. Según
el Secretario de Estado de Puerto Rico, Kenneth McClintock: “Hasta que no se resuelva el problema de
status, van a haber puertorriqueños que van a buscar en Estados Unidos la
estabilidad política y económica que no encuentran aquí". En este
sentido, me atrevo a decir que esta solución que el Sr. McClintock aporta es
una falacia conformista.
¿Porque
siempre con excusas? Basta ya del conformismo, basta ya de las excusas de
siempre; levantemos a Puerto Rico y creemos empresas. Contamos con excelentes
escuelas, tenemos el desarrollo académico, contamos con egresados capacitados,
pero nos falta la capacidad de retener a estos profesionales. Debemos tramitar incentivos
para la retención de empresas, tal como sucedió cuando teníamos la 936 que para
su último año, 1996, Puerto Rico contaba con 156 mil empleos en las
farmacéuticas; hoy esa cifra se redujo a 90 mil. Sigamos el ejemplo de
Singapur, país que otorga incentivos a las empresas establecidas en el país por
cada empleo que crean. El resultado: para los años 2011 al 2014, la Economist
Intelligence Unit proyecta un crecimiento en Singapur que ronda cerca de un 5%
con una tasa de desempleo de 2.1%. Puerto Rico para el 2011 se limitaba a un
-3.4% con un desempleo de 14%.
Estimado público, miembros del
jurado, compañeros oradores; no seamos conformistas. Puerto Rico pierde día a día
sus mentes más prometedoras parte del tesoro más grande de cualquier país,
regalándole al mundo un manantial de sabiduría.
Y
como dijo Magali García “Los cerebros que se van y el corazón que se queda”
Es menester que
el gobierno devuelva la confianza a nuestros hermanos que se han alejado
buscando mejores oportunidades. Es un trabajo del gobierno y es un trabajo de
todos.