Salario Mínimo
y su efecto en los negocios:
El salario mínimo en Puerto Rico está, hasta cierto
punto, controlado por el gobierno de los Estados Unidos. Bajo la Ley 180 del
año 1998, se decidió dejar el salario mínimo bajo la Ley Federal de Normas
Razonables del Trabajo de 1938. Cabe destacar que hay exenciones. El Artículo 3
de la ley 180 dice que aquellas empresas que no cumplan con los requisitos
exigidos por la Ley Federal y no tengan que pagar el salario mínimo “…pagarán un salario mínimo equivalente al
setenta por ciento (70%) del salario mínimo prevaleciente.”
Ahora
bien, dejando dichos puntos claros comencemos de lleno diciendo que sería sumamente especulativo de mi parte argumentar el
impacto en sí que conllevan los salarios mínimos a los negocios. Comenzaré
exponiendo que no todos los países pagan salario mínimo y es sorprendente lo
exitosos que pueden ser los negocios y mercados en países con o sin un sueldo
mínimo. Singapur, por ejemplo, es un país que existe la total desregulación en
cuanto a salarios mínimos se refiere. En este país asiático el mercado (basado
en la inflación, oferta y demanda) es quien determina los sueldos a pagar que
actualmente fluctúan en 60 mil dólares anuales. En Australia sí existe el
salario mínimo y ronda en unos $13/horas aproximadamente. Habiendo así
comparado ambos países, con tanta diferencia a la hora de establecer salarios,
nos preguntamos
¿Y cuál es más positivo para la economía y para los
negocios en el país? Es imposible
contestar. Ambos métodos de compensación parecen no ahuyentar a las empresas de
invertir en X o Y país ya que ambas naciones tiene economías brillantes.
Australia y Singapur poseen una tasa de desempleo menor al 5%, su PIB per
Cápita es de $45 mil y $60 mil respectivamente y ambos países se han mantenido
en crecimiento desde hace más de 5 años.
Esto nos hace saber que los países con salarios mínimos no
son necesariamente los más que se aseguran de mayor paga a sus empleados. De
hecho un artículo publicado por el economista.es argumenta que en los países sin
salarios mínimos los sueldos suelen ser mejores que en aquellos que poseen salarios
mínimos.
Sin embargo, hay 2 maneras de estudiar el efecto del
salario mínimo desde el punto de vista micro económico: Desde la perspectiva
del patrón y la del empleado (Y me concentraré en el ámbito local y el intento
de llevar el mínimo a $10.10 por hora en Estados Unidos.) Bajo la suposición de
que esta medida se concrete en el Congreso, afectará a unos 300 mil
trabajadores en Puerto Rico.
Entiéndase, unos 300 mil puertorriqueños verán un
aumento en sus ingresos. Pero… ese asenso en el salario del empleado tiene
fuertes repercusiones en las arcas de un negocio. Supongamos que una empresa
cuenta con 100 empleados que cobran $7.25 por hora y trabajan 40 horas a la
semana las 52 semanas del año; para la empresa poder cumplir con el nuevo
mínimo de $10.10 deberá hacer ajustes de más de $592,800 anuales (Y digo más
porque no he tomado en cuenta los beneficios brindado al empleado que se
ajustan según su sueldo). Por lo tanto, los aumentos en salarios le afectan
grandemente a los negocios quienes para recuperar esos costos optan por una de
varias opciones: Reducir jornadas, reducir o subcontratar
empleados, aumentar precios de sus productos o servicios, entre otras.
Si bien es
cierto que hay un impacto directo al negocio ya que sus gastos de nóminas
aumentan (o se reducen de bajar los salarios, como ocurrió en Grecia), hay opiniones
encontradas entre los economistas. Según Brendan Buck, portavoz del presidente
de la Cámara de Representantes, dice “…aunque
ayudaría a algunos, ordenar salarios más altos tiene costos reales, incluido el
que haya menos personas trabajando”. Por el contrario la portavoz de la
minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi argumenta que “el consenso entre cientos de los mejores economistas han pronosticado
que un aumento en el salario va estimular la economía, aumentar la demanda y
lograr crecimiento en el empleo”.
Pero, más allá de las opiniones, ¿qué dicen los
números? Pues el Banco de la Reserva Federal de Dallas publicó un estudio en
2014 sobre el impacto del aumento de los salarios mínimos en las empresas. Esta
investigación expone que el impacto será tan fuerte para los negocios que por
cada dólar de aumento en el salario mínimo se pierden 15 mil empleos (en
Texas). Sin embargo, y como todo siempre tiene dos vertientes parece haber un
lado positivo. Según el profesor de economías de la Universidad Massachusetts,
Arindrajit Dube, publicó una investigación, que le tomo 20 años en completar, en
el cual, según él, demostró que aumentar los salarios es de gran beneficio para
los negocios. Dube alega que cuando se aumentan los salarios los empleados
aumentan su productividad y el la empresa logra retenerlos por más tiempo
ahorrándose así la rotación sus empleados.
De esta manera y bajo este escrito se ha tratado de
exponer como el salario mínimo es capaz de mover los negocios. La respuesta
entre que hacer parece ser sumamente ambigua ya que al parecer, y dejándonos
guiar por las investigaciones aquí citadas, un aumento en los salarios mínimos
es un reto para la empresa a corto plazo, pero es de gran beneficio a un
periodo prolongado de tiempo. Sus implicaciones son en nóminas directas, por lo
cual los negocios deberían de ver a sus empleados como su capital más
importante.
Una solución posible para este dilema de que empresas
están aptas o no para pagar aumentos en salarios mínimos podría ser la que
teníamos en Puerto Rico en el año 1956 con la Junta de Salario Mínimo. Dicha
junta evaluaba cada empresa, industria y negocio individualmente y establecía
si podía pagar el mínimo estipulado por ley o se le hacían ajustes. Su
problema: Podría desembocar en procesos lentos y burocráticos. Así pues, sin
dudas hay impactos sobre los negocios cuando se imponen salarios, cuales
ajustes hay que hacer y buscar beneficios de ese gasto mayor en nómina es un
asunto serio que cada negocio o empresa debe trabajar de manera individual.
Muy bueno. Me parwce que si reconciliamos tidas las posturas al respecto, el balance final sería positivo. Pero hay que recordar que cada cual va a arrimar la brasa a su sarten��
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